No lo podrás ver en
las resecas tierras donde campeo. Por estas llanuras no hay alcornoques ni
encinas donde ellos encuentran refugio y comida. No existen grandes arboles
donde corretear por sus ásperos troncos boca abajo.
Pero cerca de Écija, en Osuna, todavía existen
estos viejos montes donde se alternan las encinas y los alcornoques, donde la
coscoja y los lentiscos forman un espeso manto. En lo alto del monte de la
Gomera ya empiezan a verse otra fauna, los herrerillos y carboneros son
bastantes comunes; los pitos reales reclaman entre las ramas de los viejos
eucaliptos, aquellos que nos plantaron hace tantos años en todo
sitio donde corriera agua y el incesante cucú del cuco te transportan a otros
valles, a otros montes. Aquí tuve mi primer encuentro con el trepador y desde
ese día me dejo prendado.
Écija, 24 de julio de 2013
Pablo Reina